sábado, 29 de noviembre de 2014

Crónica: La gente dijo: "Botas Nunca Más"



(Diario combativo, 16 de febrero de 1978)




El pueblo se manifestó y derrocó al poder que gobernaba. Comandados por un grupo de jóvenes de entre 18 y 30 años, unas 60.000 personas sacaron a los militares de la Casa Rosada. Además se anunció la cancelación del Mundial de fútbol que se iba a disputar en Junio



¡Algo histórico! Cuando la gente, los compañeros luchan por un objetivo en común. Cuando se unen para parar con el genocidio. Cuando no aguantan las injusticias que se dan en Argentina, pasa lo que pasó ayer. Alrededor de 60.000 personas salieron a pelear. Era matar o morir por la patria. No se pudo con las palabras, las denuncias de los excluidos, de los perseguidos, de los que pensaban "diferente" no alcanzó. A pesar de todo lo que les dijo Rodolfo Walsh en su "Carta abierta a la Junta Militar", nunca reflexionaron ni Videla, ni los demás. Es por eso que no quedó otra alternativa, al parecer.




Sin la esperanza de ser escuchados, salieron a la calle, comandados por un grupo de jóvenes que desde una humilde base de planificación en la ciudad de San Miguel, a unos cinco kilómetros de Campo de Mayo. Desde allí fueron convenciendo gente, según nos contó Agustín, líder del movimiento conocido como "Los Toscos", hasta llegar a El Campito y tomarlo, con complicidad de varios soldados que se encontraban dentro. Además mucha gente se enteró por las distintas explosiones y juntos se animaron a defender la Patria.




Cuando uno espera, el tiempo sobra. Pero ellos decidieron no esperar más. Salieron de la clandestinidad, luego de ser perseguidos por casi más de dos años. Escondidos en su "Casita" planificaron todo. Ayer decidieron que había que terminar con la muerte de inocentes que morían sólo por pensar distinto al poder de turno, a una Junta militar asesina, que vivía en plena impunidad imponiendo el miedo para que la gente no se manifieste. Los militares no tenían en cuenta que de algo tan diminuto como una semilla puede nacer el roble más fuerte y duro, dispuesto a aguantar todos los embates, siempre firme y sin recular.




Juan Gutierrez, el segundo en la línea de mando, conocido como "El Mono alpino", declaró: "La moral de la población era alta y el entusiasmo aumentaba de hora en hora. Habíamos dejado de confiar en la suerte y en la iniciativa individual. Ahora éramos un ejército con comandantes

y municiones; compartíamos un objetivo: Sacar a los milicos del poder. El éxito o el fracaso dependía de nosotros. Sólo teníamos que poner en juego toda nuestra fuerza".




Las últimas horas de Videla y sus secuaces en el poder fueron dramáticas. Estuvieron encerrados, y no se sabe cómo se escaparon los que estaban dentro de Casa Rosada. Mientras que afuera, alrededor de las 19hs entre tiros, bombas de gas, bombas molotov y piedras las calles era un caos y los cuerpos caían desde los dos bandos.




Alrededor de las 22hs la primera línea de mando decidió entrar a la Casa de Gobierno. Allí no encontraron a nadie, sólo había una carta en el despacho presidencial. En ella Videla juraba venganza y la vuelta de los militares al poder. También anunciaba que el Mundial no se iba a realizar. El objetivo de la gente, de la masa que se manifestó, se cumplió. Esta vez, se quiera o no, las armas sirvieron de algo. “Seguramente se estarán previniendo muchas más muertes que las que hubo ayer. Porque si los militares seguían en el poder, el genocidio no sabemos cuánto iba a durar”, precisó Juan Gutierrez.





Luego de la entrada a Casa Rosada, Gutierrez y Agustín salieron al balcón a informar a la gente de la Plaza lo sucedido. Hubo festejos durante toda la noche y al cierre de esta edición. Los soldados que combatieron, dejaron las armas y no van a ser enjuiciados porque no actuaron por ellos mismos, sino bajo orden de los militares.